Dentro de la cultura mexicana, en las artes plásticas como carrera profesional se ha generado la creencia de que su formación solo es posible recurriendo a privilegios, y que solo pocas personas pueden tenerlos, ya que estas poseen las influencias y conexiones en la carrera artística que fomenta el cuestionamiento de si el arte es verdaderamente accesible para todos.
En este mismo contexto, existen diversos factores negativos como la desigualdad tanto educativa como económica, además de falta de apoyo por instituciones, prejuicios y discriminación, que afectan la profesionalización de un desarrollo artístico y la planeación de nuevos proyectos. Volviendo al artículo 32 de la Ley General de Educación, un párrafo que carece de cumplimiento ya que menciona: “Las autoridades educativas tomarán medidas tendientes a establecer condiciones que permitan el ejercicio pleno de la educación de cada individuo, una mayor equidad educativa, así como el logro de la efectiva igualdad en oportunidades de acceso y permanencia en los servicios educativos”. Sin embargo, parece que este artículo está solo de adorno.
Es importante cuestionarnos todos estos clichés para poder reconocer que la profesión del arte puede ser accesible para todos, pero desgraciadamente no es así. De acuerdo con Pierre Bourdieu, sociólogo francés, mientras más alta es la clase social de artista-comprador, su valor simbólico cultural aumenta. Esto genera un impacto tanto en la producción, la distribución y el recibimiento de una obra de arte.
Por su parte, John Berger, crítico de arte británico, nos menciona que a la hora de apreciar una pieza artística grupos que pertenecen a un número cerrado de personas con alto nivel adquisitivo, se dejan influir más por la estética que por el mensaje, queriendo poseer dicha pieza ya que les daría un símbolo de estatus y de poder. Esta perspectiva se ha apegado mucho al pensamiento de las clases sociales que han contribuido a un consumo específico de ciertas obras, ocasionando que se le considere al arte como un lujo, una actividad elitista y no como una actividad que pueden disfrutar todos y todas.
Y aunque actualmente en México se está trabajando en abrir nuevas instalaciones de escuelas, brindar apoyos como becas y programas con el fin de poder tener un acceso más fácil a la cultura, lamentablemente estos estigmas de privilegio van a ser muy difícil de erradicar, pues seguirán siendo parte inevitable de las carreras de muchos artistas tanto emergentes y ya existentes por un buen tiempo.